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miércoles, 15 de abril de 2009

Colaboración: Libro "El alma rota de un pueblo"








Emilio Martínez Sánchez nos cuenta parte de las visicisitudes vividas por su libro hasta el momento en que ve la luz gracias a la editorial Ciencia 3 y envía un capítulo de la obra.
El artículo es accesible desde AQUÍ

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Solo hay una cosa peor que una mentira , y es una media verdad eso es lo que ha hecho este señor con este libro documentarse solo de la parte interesada que en este caso es la derecha.
Para mas datos este señor en su pantomima de libro nombra a una persona como fusilado en los días de la guerra civil , cosa totalmente falsa ya que este hombre al cual me refiero a muerto de muerte natural con 95 años.En fin mas o menos el libro es todo así.

Anónimo dijo...

hay verdades que duelen, pero cada uno es responsables de sus actos, y esto fue lo que sucedio.

Emilio Martínez dijo...

Estimado amigo Anónimo: Unas puntualizaciones a sus comentarios de las 17,19 del día 16 de julio pasado:
1º.- Me dejé muchas verdades en el tintero porque son demasiado feas para ponerlas en un libro cuya única pretensión es dar luz a una pequeña parte de aquella memoria histórica que con tanto celo desean ocultar, y también tergiversar, como le demostraré unas líneas más adelante.
2º.- La fuente externa más importante de la documentación empleada en mi libro es la obra del Profesor Moreno Gómez (República, Guerra y Post-guerra en Córdoba), quien, a buen seguro, se sentirá molesto al ser tratado por usted como “parte interesada y de derechas”.
3º.- Sólo para su información, un libro nunca puede ser una pantomima, evento donde, por definición, la palabra está ausente. Un libro, siempre, es todo palabra. Por otro lado, la segunda acepción de la palabra pantomima tampoco puede aplicarse a una persona que -como usted puede comprender, a poca sensibilidad que tenga- perdió a su padre, a su abuelo, al hermano de su padre, tuvo que ver depurados a dos hermanos de su madre y encarcelado de por vida a un tío político. Ese sufrimiento, en la infancia y juventud, no se puede fingir.
¡No, Señor Anónimo, mi libro no es una pantomima!
4º.- Usted, oculto en el anonimato, cita a otro anónimo, como un error de mi libro. Como su afirmación es gratuita, pues no aporta pruebas, yo, gratuitamente también, se la niego.

Dicho lo cual, por si no ha leído el libro, o le han aconsejado mal, le resumo la historia documentada de los hechos:
En Belalcázar, mi pueblo y sospecho que el suyo, entre el 19 de julio y el 14 de agosto de 1936, en manos de las personas de derechas, no se mató a nadie de izquierdas, pudiendo haberlo hecho. Le repito, Sr. Anónimo, no se mató a nadie.
Sin embargo, del 14 al 24 de agosto de aquel mismo año, las personas de izquierdas, civiles militares y políticos, asesinaron a 167 personas de derechas, sentenciados de antemano sin juicio.
Si usted es de mi edad, esto lo sabe aunque no quiera admitirlo, y eso es malo; si usted es joven y no lo vivió, le han debido contar la historia al revés, porque hay gente interesada en cambiar la historia como el caso de la persona que escribió lo que le entrecomillo a continuación: “... quizás por borrar el recuerdo de un golpe militar y sus posteriores venganzas revanchistas, que condujeron a espeluznantes fusilamientos en las paredes del cementerio...” (Cito el milagro pero permítame mantener el santo en el anonimato.) Belalcázar a 15 de junio de 2006.
Para cualquier incauto o ignorante de los hechos, la inversión de la historia está servida. ¡En 2006, cuando la historia te golpea documentalmente como con un macho pilón!: Contra aquellos 167 asesinatos de personas de derechas en 10 días de 1936, en Belalcázar sólo se fusilaron 20 personas de izquierdas, en el transcurso de 10 meses de 1940.
La mentira, por muchas veces que se repita, no cambiará los hechos.
Emilio Martínez

Anónimo dijo...

También yo tengo que hacerle algunas puntualizaciones , sobre que se dejo cosas feas en el tintero es cierto pero ya sabemos de que parte,sobre la fuente externa mas importante de su libro es del profesor Moreno tengo que decirle soy amigo suyo le he enseñado el libro y no ve por ningún lado referencias a su obra, y de lo demás como me dice que mentir es gratuito, pues venga a Belalcazar que hay bastantes personas que tienen ganas de hablar con usted sobre datos de su libro.

Anónimo dijo...

Mi padre era de Belalcázar y yo nací en Madrid, pero me contó lo que pasó allí, y él lo sufrió sin haberse metido en nada, por el simple hecho de tener familiares de izquierdas. Sí, me contó desmanes de las izquierdas durante la toma del pueblo, en guerra, pero los rebeldes vencedores, durante los cacareados años de "paz" no se conformaron con que algunos lo pagaran con los fusilamientos, sin juicios, es decir asesinatos Sr. Martínez. Y no contentos con esos algunas personas se cebaron de tal manera que denunciaron a más de veinte por una muerte, siendo fusilados.
Pero claro a Vd. le interesa callarse la historia de las otras viudas y huérfanos. Tanto que recurre a las fuente de Francisco Moreno lea Vd. su última obra "El genocidio franquista en Córdoba", léalo. Para terminar pienso igual que el primer anónimo, su libro es una pantomima.

Emilio Martínez dijo...

Como la diferencia horaria entre las dos últimas entradas es de 6h. 29`y parece existir una relación entre ambas, voy a contestar a ellas con una sola entrada.

1. Pantomima. No debí ser lo suficientemente claro porque, de otra manera no entiendo la insistencia, a no ser que no hablemos la misma lengua. Esta es una palabra castellana compuesta de dos palabras de origen griego (Pan = todo y Mimo = imitación) cuyo primer significado es “Género teatral, basado en gestos y movimientos, sin utilizar la palabra” . Ver Diccionario de la RAL.
Si esto es así, y, para poder entendernos, no puede ser de otra manera... Si es así que un libro, aunque lleve dibujos, es fundamentalmente palabra escrita... Debemos concluir que un libro, por el hecho de serlo, nunca puede ser una pantomima. Luego tampoco “El alma rota de un pueblo”, mi libro, puede ser una pantomima.
Señores anónimos, las palabras libro y pantomima son antagónicas, no pueden igualarse nunca.
2. Profesor Moreno Gómez. Conozco su obra, en la cual no se desmienten los hechos narrados en mi libro. Conozco su calidad de historiador y por eso dudo que haya leído “El alma rota de un pueblo” y no haya reparado en las no menos de 17 referencias a sus obras, cuando dichos textos están entrecomillados y en letra bastardilla.
Señor anónimo 1º: No me haga decir lo que no digo. Por favor sea objetivo. Yo no le digo que “mentir sea gratuito” sino que “como su afirmación es gratuita...” La diferencia es abismal.
3. ¡Dios, que mal leyeron! No han sido capaces de ver en el llanto de Amparito y de sus hijos, el llanto de todas las viudas de izquierda, entre ellas las de mi madre, y las lágrimas de todos sus hijos huérfanos, entre ellas las mías. No oculto nada, doy por sentado todo cuanto de malo ocurrió por uno y otro lado, escribo historia. Por favor, lean historia y déjense de prejuicios. Admitan que, en nuestro pueblo, hubo más lágrimas de las derechas, porque fueron muchos más los muertos de ese lado.
4. Sus entradas me obligan a resumir el resultado cuantitativo y cualitativo de aquella mierda de tragedia:
-Los primeros, en 27 días que mantuvieron pueblo en su poder, no mataron a nadie.
-Los segundos, en 11 días, mataron a 167 personas; lo hicieron sin juicios, sin testigos, sin abogados defensores, y los verdugos fueron parte de la población civil.
-Los primeros, en los 11 años que siguieron al final del conflicto, fusilaron a 87; lo hicieron con juicios (algunos de los cuales con años de duración), con testigos y abogados defensores y las ejecuciones las llevaron a cabo funcionarios del Estado, militares o guardias civiles. (Ha de admitirse que en muchos de aquellos juicios hubo irregularidades; pero, al menos, se guardaron las formas.)
5. Hubo mucha gente que sufrió “sin implicarse en nada”, porque el sufrimiento fue una de las consecuencia de la guerra; pero eso no puede justificar que se matara dentro o fuera de la guerra, porque el que mata pierde la razón, aunque la tenga.
A propósito... Ese “venga usted a Belalcázar que hay bastantes personas que tienen ganas de hablar con usted sobre datos de su libro...” ¿Es una amenaza?
6. Sólo dos personas de Belalcázar, no bajo el anonimato, han tenido la gallardía de hablarme o escribirme abiertamente oponiéndose a mis datos y opiniones; ambos, después de haber intercambiado ideas y nuevos datos, me han ofrecido sus respectivas casas.
Amigos desconocidos, termino: Lo quieran ustedes o no lo quieran, la verdad de los hechos está ahí y negarla mil veces no va a cambiarla. Lean otra vez el libro, procurando antes librarse de prejuicios doctrinales, y descubrirán que intentar engañarse es poder caer de nuevo en los viejos errores. Les he dado beligerancia por el interés del tema, pero no seguiré jugando al juego de los anónimos.

Anónimo dijo...

¿Que se han puesto en contacto dos personas de Belalcázar?... , eso lo dice usted ,pues mire le contesto con sus mismas palabras ,"Como su afirmación es gratuita, pues no aporta pruebas, yo, gratuitamente también, se la niego."
Y no es ninguna amenaza pero , el que teme algo debe.

Anónimo dijo...

Me habian hablado dee este foro.Yo tambien quiero decir que en la provincia de Córdoba los rebeldes franquistas asesinaron a 8545 personas en guerra, muchas inocentes. por 2112 muertes de derechas asi que no sabemos lo que pretende este señor con darnos esas cifras y callarse la cantidá que se cargaron en Belalcazar despue de la guerra solo porque eran denunciados, asi que hubo muchos asesinatos de inocentes pero esto no le conviene a este señor contarlo. Por eso si su libro no es una pantomima si está escrito con muy mala leche para envenenarnos.
E. Cáceres García

Emilio Martínez dijo...

Me dirijo al firmante E. Cáceres García, si es que, en verdad, responde al firmante y no la Anónimo que encabeza el comentario del día 3 de mayo pasado. A éste, por la misma razón que a los anteriores, no le respondo.
Sr. Cáceres, si usted hubiera leído el libro “El alma rota de un pueblo”, o lo hubiera hecho con atención, nunca hubiera escrito el comentario anterior.
Razones: 1ª) En “El alma rota de un pueblo” se habla de Belalcázar, no se habla ni del Valle de los Pedroches, ni de Córdoba, ni de España. Y cuando se habla de Belalcázar se mencionan, con nombres y apellidos a todos los muertos, de uno y otro bando: En sus páginas 205 a 209, es posible que estéconfundido algún nombre, pero no falta ninguna persona. Yo le invito a que enumere esa “cantidad que se cargaron en Belalcázar después de la guerra” inocentes de izquierda que usted dice que a mi no me conviene contarlo, y que no estén en mi libro. 2ª) En la página 205 se mencionan 5 personas con el primer apellido Cáceres, caídos todos de un mismo lado; sin embargo, en la página 206 podrá usted ver 14 Garcías de primer apellido, 8 de un lado y 6 del otro; entre los del grupo de 6, se señalan 2 que aparecen con los mismos apellidos que usted, aunque en orden inverso, es decir, García Cáceres. 3ª) Doy cifras porque, sin nombres y sin cifras, la historia no es historia. ¡Por favor! ¿Por qué no critican rigurosamente?
Sr. Cáceres, si usted hubiera leído el libro, sin prejuicios, nunca hubiera escrito eso de la “mala leche y el envenenamiento”. Por favor, relea el capítulo “Los inocentes”, páginas 201 y 202, y el último párrafo de la página 204. Si reflexiona dos minutos sobre ese párrafo, seguro que cambia de opinión.
Muchas gracias por considerar que el “Alma rota de un pueblo” no es una pantomima. Es posible que, mala leche o envenenamiento exista en aquellos que, cuando dicen que hacen historia de Belalcázar, cuentan mentiras, caen en burdas contradicciones o lo que es peor, tergiversan conscientemente la verdad, para que parezca lo contrario de lo que fue. Para que la Historia de Belalcázar se ajuste a la realidad de los hechos, afortunadamente -para mis nietos y para los suyos-, también yo escribo esa historia. Y lo he hecho sin ánimo de envenenar sino, por el contrario, para que las partícula de energía humana vivas (usted y yo incluidos), unidas a las partículas de los que murieron, de uno y otro lado, consigamos que el alma rota de Belalcázar se reconstruya para siempre. Emilio Martínez.

Anónimo dijo...

Lo de este hombre es increible.

”La cabezonería es la opción de los débiles. el razonamiento es el recurso de los justos”

Anónimo dijo...

Sr. anónimo del día 13 de mayo:
El señor Martínez no tiene cabezonería tiene algo peor, soberbia.
Este señor es que no quiere enterarse. Que no se trata de que ponga una lista de los republicanos asesinados, y que no venga con el cuento de que le hicieron juicio, Si es así ¿porqué mataron a inocentes?. Y sin falsa de juicios tambien asesinaron a muchos inocentes. Lo que se trata es de que no ha escrito los detalles de esos atropellos vengativos que cometió la derecha en la posguerra en Belalcázar porque no le conviene. Los jóvenes tambien lo sabemos, porque gracias adios personas mayores que lo vivieron nos lo han contado y no lo que nos cuenta él.
Según dice el mismo en otras partes varias editoriales que leyeron su libro no se lo publicaban y que tampoco una asociación se lo publicitó. Eso quiere decir algo, osea que el libro antes de salir ya asqueava. Este señor ha venido a romper el alma de un pueblo que ya vivia tranquilo con sus cicatrices porque el señor Martinez hace mucho daño con las verdades a medias como ya dijo el primer anónimo.

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